Relato de E. Isla, escrito durante la Expedición Científica Antártica ECA55 (IDEAL-ICM, proyecto EDGE) en su estancia en la «Base científica antártica chilena Yelcho», en marzo de 2019
“Karpuj” significa albatros de ceja negra (Thalassarche melanophrys) en lengua Yagán, que es como se llama la cultura y los habitantes originales de la Isla de Tierra del Fuego.
La “Karpuj” cruzó las aguas relativamente tranquilas del estrecho de Bransfield durante la noche, aunque sus 22 metros de eslora dejaron que las olas que se generan entre la Penísula Antártica y las South Shetland nos sacudieran lo suficiente como para que algunos de nuestros compañeros sufrieran los primeros mareos de la campaña. Esto no les impidió ver un iceberg tabular de cientos metros de largo a la deriva en el estrecho! Estos icebergs se desprenden de plataformas de hielo flotantes y este, por su gran tamaño, es probable que haya venido desde el Mar de Weddell ya que, desde ahí, llega una corriente a esta zona del Bransfield a través del Paso Antártico (o Antarctic Sound en inglés).
Entramos al estrecho de Gerlache al amanecer, donde nos recibió el espectacular escenario de paredes de roca negra de cientos de metros de altura coronadas con agrestes estructuras de hielo que se reflejaban en las aguas más tranquilas de este pequeño estrecho de pocos kilómetros de ancho (entre 10 y 30). La “Karpuj” flotó lentamente sobre un mar plano, lleno de luz y viento helado donde el tiempo pareció transcurrir más lento, seguramente debido al asombro que nos produjeron la combinación de los gigantes de hielo y roca, el albedo y la baja temperatura.
Por si fuera poco, nuestra incursión hacia el Sur aún nos tenía preparado una sorpresa antártica espectacular, el Estrecho de Neumayer. En este lugar los gigantes hielo y roca se acercan aún más entre sí (entre 1 y 4 km) y nos recuerdan lo pequeño y frágil de la dimensión humana y la de sus máquinas dentro de un ambiente plácido, masivo y hermoso pero que puede tornarse destructivo y obscuro en poca horas. Sin embargo, ese día tuvimos suerte y la naturaleza nos dio una preciosa invitación para acercarnos a conocerla mejor y nosotros la aceptamos admirados y agradecidos.