Viernes 5 de febrero de 2016
Posición 64° 53’ S, 44º 44’ O
Temperatura del agua: -0,8°C
Temperatura del aire: -0,3°C
Lo conseguimos! Logramos visitar el flanco oeste de la Depresión Filchner y latitudes al norte del paralelo 76°S sobre el eje de la Depresión donde obtuvimos valiosas muestras que enriquecen la colección que empezamos con la expedición anterior ECOWED II (ANT-XXIX/9). Todos siempre quisieramos más estaciones de muestreo pero estamos contentos con las que conseguimos con base en las duras condiciones de hielo que volvimos a encontrar este año. Ahora nos esperan varios meses de trabajo en el laboratorio de regreso en nuestras instituciones. Nos quedan 10 días de navegación hasta llegar a Punta Arenas, la ciudad chilena sobre el Estrecho de Magallanes donde acabará esta expedición. Antes tenemos que hacer algunas estaciones cerca de la Península Antártica donde se intentará recuperar algunos anclajes con instrumentos que miden parámetros de la columna de agua como la velocidad y dirección de corriente, temperatura y salinidad, todas estas muy importantes para poder calcular el balance de transporte de materia y energía desde y hacia la Antártida. Como explique en otro mensaje, este balance juega un papel muy importante en la regulación del clima global. Si el tiempo acompaña, tal vez podremos pasar a través de la Sonda Antártica, el impresionante estrecho entre la punta norte de la Península Antártica y las islas Bransfield, D’Urville, Joinville y Dundee. Este lugar será el último punto donde gozar de un paisaje antártico, pero esta vez será una mezcla salvaje de altas paredes de roca divididas por la potencia hielo que se encuentra finalmente con el mar. Desde ahí seguiremos rumbo norte para cruzar el Paso de Drake, la zona del planeta con el mar más furioso.
Ahora tenemos la tarea de desmontar los laboratorios y entregarlos perfectamente limpios y funcionales, tal como los recibimos, para que los compañeros de la siguiente expedición puedan ocuparlos cuanto antes. Esto significa que también tenemos que empezar con el re-empaque de todo nuestro material para que la tripulación de cubierta pueda guardarlo en los correspondientes contenedores donde se almacenarán hasta Bremerhaven, donde regresará el Polarstern y podremos recogerlo. Antes de entregar nuestros baules tenemos que preparar listas detalladas con todo su contenido para facilitar la tarea de almacenaje y localización del material cuando haga falta. Lo mismo vale para todos los reactivos químicos que se trajeron y que se guardan en lugares especiales de acuerdo con sus características físicas y químicas. También hay que preparar pequeñas conferencias donde explicaremos los resultados preliminares de la expedición a nuestros compañeros a bordo. Finalmente pero no menos importante, tendremos que escribir nuestro reporte de campaña donde explicaremos con más detalle todo lo que hicimos durante la expedición, que esperamos conseguir y donde se podrán encontrar los datos que se generen con las muestras obtenidas en esta ocasión. El jefe científico hará una recopilación y con ella ensamblará el reporte final de la expedición. Con la entrega del reporte al jefe científico quedará concluido el trabajo de esta campaña.
Por lo pronto aquí acaba la historia de este viaje pero aún queda mucho por aprender y compartir con los datos que generaremos y que encontraran en esta página web. La Antártida ya queda lejos, en el horizonte aún se ven algunos témpanos que sobresalen entre las olas, la espuma y los explosivos colores del atardecer porque desde hace unos dias tenemos noche nuevamente. El paisaje blanco quedó bien guardado en nuestras memorias y en los miles de fotografías y videos que tomamos desde el avistamiento del primer témpano. En nosotros empieza a crecer el sentimiento que nos hace querer regresar pero también crece la melancolía por dejar atrás un lugar tan especial y del cual hemos aprendido tanto sobre la naturaleza y, en cierto sentido, sobre nosotros mismos.
Saludos cordiales,
Enrique
Me han gustado mucho las fotos. Viéndolas se me ocurre una pregunta: Si el hielo que rompen los barcos rompehielo se vuelve a cerrar detrás de ellos ¿cómo pueden después salir, para hacer el camino de vuelta?
Gracias
Hola Enric,
gracias por tu comentario! El barco, en este caso, el Polarstern, solo puede romper hielo navegando hacia adelante; asi que, si el hielo se cierra tras el, despues de dar hacer una trayectoria semicircular recupera la dirección y avanza de regreso pero en sentido contrario.
Me alegra que te hayan gustado las fotos.
Un saludo!
Hola Enric y Enrique!
¿Alguna vez un barco rompehielo se ha quedado atrapado el el hielo?
Gracias!
Hola Abel,
gracias por tu pregunta. Si! más de una vez el barco se ha quedado atrapado en el hielo y entonces la solución, en lugar de seguir luchando contra la naturaleza y gastando combustible (al romper hielo el barco gasta más combustible que cuando navega en agua libre de hielo) es esperar a que las condiciones meteorológicas cambien y se abrán caminos por donde se pueda escapar. Una de las funciones de los helicópteros es volar sobre el área de navegación para saber cuales son las condiciones del hielo y guiar al barco por los caminos más seguros. Cada día los meteorólogos que van a bordo reciben imágenes del hielo marino en la zona, tomadas desde un satelite, para saber si conviene o no ir a determinados lugares para prevenir situaciones complicadas. Una combinación muy mala para la navegación es la de viento y hielo, así que los meteorólogos calculan donde se pueden dar esas combinaciones y orientan al Capitán para evitar esas zonas. A veces no podemos ir a las zonas que teniamos planeado ir a muestrear y tenemos que desarrollar planes alternativos sobre la marcha porque las condiciones meteorológicas cambian en pocas horas. La vida a bordo es muy entretenida!
Un cordial saludo,
Enrique
Hola Enrique,
gracias por tu respuesta. Tengo otra pregunta: ¿qué es un anclaje? ¿cuánto tiempo queda sumergido? ¿cómo se recupera la capa superficial del mar está helada? ¿no se congelan o estropean los equipos bajo el agua antártica?
Gracias
Hola Enric,
gracias por continuar ineresado en nuestra página. Para nosotros un anclaje es una instalación formada por una masa a la cual se incorpora un cabo de varios cientos de metros de largo que a su vez tiene incorporados una serie de instrumentos para medir diferentes parámetros de la columna de agua (por ejemplo, temperatura, salinidad, velocidad y dirección de las corrientes) y boyas que por su flotabilidad mantienen el cabo en tensión y le dan una estructura vertical. Todas las piezas del anclaje están diseñadas y preparadas para trabajar a temperaturas bajo cero. Normalmente el peso de la masa es de varios cientos de kilos y es lo que mantiene la instalación anclada al fondo. Este peso es mucho mayor al peso que pueden cargar las boyas con el objetivo de mantener la instalción siempre bajo el agua. Los anclajes pueden quedar sumergidos varios dias e incluso años, aunque normalmente el periodo de duración de un anclaje es de dos meses (que es el tiempo que dura la expedición) y no pasa de un año (que es el tiempo que tarda el barco en regresar a la Antártida). Entre la masa y el cabo hay una pieza que se llama liberador acústico; esta pieza recibe una señal acústica a la cual responde accionando un grillete que libera al cabo de la masa, de la misma manera que abres las puertas de los coches al presionar un botón, solo que el caso del anclaje el sonido viaja cientos de metros desde el barco hasta el fondo del mar. Cuando el cabo se libera sale disparado hacia la superficie del mar por la flotabilidad de las boyas. Una vez en la superficie del mar, las boyas se pueden avistar y recuperar el cabo con los instrumentos. Si la superficie del mar esta cubierta de hielo se decide no liberar el cabo porque no podría llegar a la superficie y sería imposible localizarlo. Debido a estas circunstancias, a veces las instalaciones quedan bajo el mar uno o mas años de lo previsto. Entre más tiempo pasa, el riesgo de perder la instalación para siempre crece, porque el rendimiento de las baterias del liberador acústico cae y cuando se envía la señal de liberación no hay respuesta. Tambien aumenta el riesgo que pase un témpano y arrastre la instalacion con él, así que cuando el barco regresa al punto del anclaje resulta que ya no esta. Es uno más de los riesgos de trabajar en lugares donde se forma hielo marino.
Un cordial saludo,
Enrique